La mayoría de la gente sigue el un, dos, tres y listo. Sólo buscan el placer, durar lo máximo posible… el sexo tántrico va más allá de eso.
El sexo tántrico se basa en encuentros más duraderos y relajados, sin prisas… con besos profundos, abrazos con gran conexión emocional, múltiples juegos eróticos y rituales, sintiendo como fluye la energía por tu cuerpo y se funde con tu pareja.
La idea es que los hombres aprendan a tener orgasmos sin eyaculación, lo que implica tener un alto control sobre ésta. El orgasmo y la eyaculación son dos procesos diferentes, pudiendo tener un orgasmo o varios de ellos sin eyacular.
Hay que aprender ejercicios de respiración y de control muscular de la zona genital para que el momento previo al orgasmo se prolongue. Por lo tanto, se supone que el hombre también puede conseguir orgasmos múltiples.
El tantra propone eyacular una vez cada diez actos sexuales, ya que se pierde energía sexual con cada eyaculación. De esta forma la energía sexual no se pierde, sino que se utiliza para un nuevo acto sexual.
En el Tantra, la mujer es el eje principal, es la energía renovadora y pura.
Ella desempeña un papel de iniciadora y maestra de la sexualidad
Dominar el método, no es coser ni cantar, pueden ser meses o incluso hasta dos años. Nadie se transforma en súper amante de la noche a la mañana, lo importante es que se aprenda en pareja, porque se basa en la relación de entrega y amor. Aunque aquellos que ya practican yoga o taichi tienen medio camino andado y aprenden más rápidamente.